Nada existe en la vida del hombre que le pueda hacer ahora y siempre tanto y mayor bien que reflexionar sobre la palabra de su Creador, Hacedor y Señor.- Pues al visualizar su vida a través de la misma, podrá desprendérsele muchas cosas erróneas y que le causan heridas que se transforman en males en ocasiones incurables, detestables y barbaries.- También puede usarla, para contemplar al prójimo y al punto dejará de ver en el al enemigo invencible, aborrecible y temible, sólo para redescubrir, que es su hermano en Dios y que si es capaz de regalarle una sonrisa, la nobleza de su buena voluntad, caridad y amor, comenzará a encaminarlo, por ríos de felicidades o venturas desconocidas, es decir, se iniciará hacía el sendero del cielo.- Así de la misma manera, si reflexiona sobre lo que le acontece al mundo a profundidad, lo descubrirá insólitamente huérfano, sólo, desamparado, aunque vista de ricas galas, aunque luzca con poderes que serán y sentirá y palpará, que sólo son fugaces aconteceres, pero que si algo le falta, es la esencia del Amor Divino y que son sus Raíces para el Renacer de Continuo, siendo ello, Esa Luz que nos reviste por Entero, en el dichoso acontecimiento de saber vivir Unidos, en Solidaridad, inmersos en la Gran Familia Universal que Somos y que al dejar de practicar o de ser como debiéramos en la virtud natural de la milagrosa especie humana que es en sí misma grandiosa, todos, pero todos sin excepción, comenzaremos a sentir grandes necesidades aún teniéndolo enteramente Todo.-La palabra de Dios, es un elogio, un regalo, un regocijo, una Necesidad que nos calma toda Sed, que nos quita toda pena y nos acerca en Virtud por Excelencia al Paraíso, porque por más apegados que estemos a las cosas materiales, al mismo tiempo todas estas cosas maravillosas tienen un Don, un algo especial y singular que todos podemos sentir al trasmitirnos las mismas, como suaves vocesitas de viento puro, que están impregnadas y creadas, por El mismo que un día nos pensó, nos amó y nos creó con suprema adoración de Padre Omnipotente.- Pero al fin necios, cuando recogemos los frutos del generoso árbol, los trigos para hacer el pan, las mieles para recrearnos la existencia en vastedad, se nos olvida, la grandeza, lo espectacular y lo magnificentes de cada fuente de que se vale el Señor para que nada nos falte, a través de un sencillo:"Gracias Señor".- Aceptación pequeñisima de su Soberana Gracia, que nos haría ser muy diferentes y tener una vida extraordinaria y un mundo y futuros óptimos.....Pero cuan soberbios somos, que aún Agradecer, nos parece humillarnos, cuando nosotros lo hacemos constantemente, a pero eso si, exigimos ser perdonados como si realmente lo mereciéramos, cuando lo verdaderamente notable, nace de una semilla apenas sí, percibida...¿Y tú, que tanto agradeces a Dios?
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Miércoles 1 de Septiembre del 2010
miércoles, 1 de septiembre de 2010
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