¡¡¡MARAVILLADA, MARAVILLADA¡¡¡

Muy de mañana llegó mi hermana tal y como habíamos quedado para irnos al mandado al Tianguis del Valle y ver de paso unos bonitos muebles que en suma la enamoraron.- Y tras tomarnos unos choco miles con panecillos integrales, enfilamos hacía tan bello lugar, pronto dimos con el por lo concurrido, aderezado y su sonora música que nos llenó de jubilo el corazón, sobre todo al obsequiarsenos al llegar unos vasos de frescas aguas de sabor.- Al comenzar el recorrido por tan pintoresco lugar, súbitamente se escuchó a lo lejos el silbato de un tren, al dejarse escuchar nuevamente y con estruendo, mi hermana riendo me dijo que nos orilláramos para verlo pasar y recordar así a nuestros padres cuando tenían que despedirse de sus niños, poniéndoles en sus manitas, unos plátanos, naranjas, dulces o galletas, para que no lloraramos mientras regresaban de trabajar.- Al contemplar pasar el tren aunque este era de carga, mil recuerdos dulces vinieron a mi mente, al tiempo que un colosal y primoroso avión, paso sobre nosotras, como rosando nuestras cabezas y pudiendo hasta ver, las figuras de los pasajeros tras las ventanitas, recordándome al punto, cuando por habernos quedado con unos primos que llegaron de improviso de Estados Unidos, dos de mis hermanos y yo, retrasamos el vuelo dos días, pues los pobres primos tuvieron que irse a los cuatro días de visita en lugar de ocho, por nosotros ya tener nuestras reservaciones en Acapulco, teniendo que despedir a mi madre y dos hermanos en el aeropuerto, aunque pronto los alcanzamos, no sin dejar de sentir esa vez, un nudo en la garganta al verlos perderse entre las nubes de colores y el fulgor de las estrellas, sin nosotros.-Más el amor de los primos, todo suavizó y lleno de verdadero primor y gozo esos dos siguientes días en que disfrutamos tanto juntos.-¿Pero en qué iba? ¡¡Ah si, el Tianguis del Valle¡ Pasado el ferrocarril con su majestuosa largura, mientras disfrutábamos de un coctel de frutas, regresamos a nuestras compras, pero como a eso de las cinco o seis de la tarde, en que el Sol como que se menea en su ascender y descender sobre los sobrios cielos coronados por prodigiosos horizontes, vistas y demás, sorpresivamente y a no mucha distancia, en un vasto campo que tiene enfrente el tal y mágico lugar, voltie a mirarlo, como si una voz me llamará insistentemente, descubriendo a lo lejos, una primorosa paloma como de nieve por su blancura inmaculada y, como salía de entre el espeso y vasto manto de hierbas verdes que se lucían radiantes y bellas sobre dichos campos. Pero de tal manera tan portentosa y única, que no pude dejar de contemplarla, haciendo mi hermana lo mismo y unas cuantas personas, entre la muchedumbre que reía, compraba y estaba sumergida entre música, botanas y vendimias al por mayor.- Pues aquella paloma de un blanco puro de luz de Sol, volaba por los aires una y otra vez, como emitiendo cantos nuevos y místicos y en un punto de los vientos se detenía o hacia un alto y como adorando a Dios, tomaba la figura del Espíritu Santo.- Quedando mi alma toda enteramente entregada al Dios Altísimo.- ¡¡¡Pasó una hora y se fué¡¡¡¡¡Entonces una mujer y vendedora de ahí, del Tianguis del Valle, nos dijo, que que tanto le veíamos a la paloma, pues que siempre hacia los mismo.- Solo que al mirarnos entre mi hermana y unas cuantas mujeres en número de cuatro entre sí, comprendimos que no era verdad.- Pues todos podemos al parecer, mirar lo mismo, más unos trascender y los demás no, por quedarse en la entrada o el principio.- ¿¿¿Verdad que no es lo Mismo???
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Lunes 5 de Julio del 2010