jueves, 22 de julio de 2010

NADA COMPRENDO, EN DIOS CONFIO.-

Enmudezco, a la viva intuición de tu presencia, pues no atino si eres ensueño de dulce fantasía o si eres el pilar, en Dios a mi melancolía...
Tengo miedo, mucho miedo, a que tanta maravilla en luz, se desvanezca, por ello apresuro el paso, cundo tú voz me llama en sonata de mística llamarada.......
Llorando sí, en discreto llanto, me voy por los acantilados sin estrechar los fuertes lazos, deseando ser humo o espuma o figura que en el cenit se esfuma, sin dejar en los nuncas huella alguna...
No esta en mi ideal conocerte y por momentos quisiera ya jamás verte, traducido en un acto de piedad, a ésta utópica suerte, que cual campanadas lejanas o hermosos valles o copados huertos de dulces néctares, me parecen paraísos inalcanzables, como aquella celeste estrella de azules fulgores que ilumina la noche entera, tras titánico y señorial horizonte, pues ni aún siendo aguila, podría alcanzar un solo nivel, de sobre tan extraordinario monte........
Sitio que se yergue, cierto, amoroso a mi vera, sin dejar de ser fabuloso, desafiante y hechicero...
Porque sólo el Hacedor, con tan único poder, puede transformar la estrella en un alcance terreno, donde la ilusión se torne, en una fuente de vida y la palabra dormida, en un despertar del Cielo...
¡Magno milagro Señor...sólo me hace temer por mi vida, a la fascinación, de tan elevada jerarquía de vida...¡
A la plena aceptación de un amor, sencillamente Santo, en plenos días de duelo y en que se halla asentada en pleno centro de la Tierra amada, la Apostasía...
¿Más, quién cómo Tú Señor, para no entregar en salvación al hombre tan poderoso señuelo?
Nada comprendo, más Dios es portento, en igualdad para el imperio terreno, reino que ésta destinado a la inmortalidad, como el lucero de acariciada tonalidad...
En base a el amor, exquisita semilla de ascensión, rayo de luz que une al hombre con Dios y le obsequia en excepcional virtud de venturosos sinos sin eras ni distingos, lo que el ojo común no vio jamás, a la simpleza de amar, como ama un niño, vuelo de palomas, vestigios de sobrenaturales purezas, donde se desploma la miseria y renace la nueva obra en magnificencia con eternidad expuesta...
Más el hombre que nada entiende, sólo es polvo, sólo es sombra o quimera revestida de grandeza, mirando aún, en la obra estrella, desasosiego y, al que sólo decírsele puede,a su necia ceguera sin respuesta: Haz lo que quieras...¿Quién te detiene?...
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Jueves 22 de Julio del 2010

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