viernes, 13 de noviembre de 2009

El Amor y el Peligroso Juego de la Infidelidad.-

Existen hombres y mujeres que no toman en serio un juramento de amor, porque llegan a ver en la pareja determinada, sólo a alguien que los tienen que tolerar sin mayores explicaciónes y conllevando ello, una total falta de amor cierto y de respeto absoluto.- Muchas pobres mujeres, cuando descubren que su pareja es totalmente desleal, deciden sin diálogo alguno con el dueño de sus amores aunque sea un perfecto adultero, hacer lo mismo, sin importarles el daño brutal que no sólo y únicamente se van a hacer ellas mismas, al llegar a mirarse ante un espejo con horror a su falta total de una actitud deshonesta en todo los campos de la vida o general.- Sino que van a conducir indudablemente, a esos hijos y niños muy amados a una vida en desolación y conflicto total, tal vez de por vida y en la que dificilmente puedan cuando adultos llegar a integrarse a un nivel individual.- A causa esos niños, porque no sólo y únicamente su hogar se transformo de la noche a la mañana en una maraña de conflictos sin solución, sino porque tal vez la madre lo llegue a pagar con la vida, su atrevida acción, a los ojos del salvaje que supo ser infiel en forma cruel o cínica, más jamás con obligada discreción y mesura de la vida exigida, pudiendo con ello,evitarse mil catástrofes que inocentes no tienen porque purgar por aquellos que juraron con falsedad.- Antes bien, cuando el amor se termine, que no debería de concluir jamás en mentes maduras, bien cimentadas o simplemente adultas, se debe de hablar con la verdad absoluta o en voz de alerta advertir alguna de las dos partes, los porques y los momentos que están conduciendo sus matrimonios hacía el total desastre o mayor de los fracasos.- Convincentemente creo, que la infidelidad en el hombre es natural, hasta cierto punto, sin abusar, sin pisotear o destruir al ser que su vida con devoción le a entregado.- Pero de plano, la infidelidad en la mujer, si es una gigantesca tragedia, porque somos el corazón viviente del hombre, la luz de sus senderos y la razón cierta he innegable de toda civilización ascendente y cuando todo sucumbe, es porque los cimientos ya no existen.- ¡¡¡Aguas hombres, que ustedes al final de cuentas, pierden más que una mujer coqueta, liviana y sin principios¡¡¡ A ver si comienzan a ser más moralistas, seleccionistas y maliciosos a la hora de la vital elección de esposas.- Pues innegablemente que un hombre con principios, educa a la mujer presente.-
saulalexandeta@yahoo.com.mx
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marydiana@live.com
13 de Noviembre del 2009.-

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