LA ESCUCHABA SIN ESCUCHARLA, ESCUCHÁNDOLA SIN ESCUCHAR.-

Era mi vecina, una mujer ya mayor de edad, exactamente, 72 años, en suma hermosa, llena de vigor y amor a la vida, tiene mucho más presencia que sus hijas que parecen andaluzas, muy segura, propia, de carácter y en suma siempre triunfadora.- Llegó a mi colonia con una estrella inmensa, magna y muy llena de luz exitosa.- A un año de ponerse como comerciante en varios productos, conoció a un vecino menor que ella 10 años y quien comenzó a llevarle desde el inicio flores, cubriendo su negocio primorosamente, pronto los vimos ir y venir a cenar, a bailar y a disfrutar de típicos lugares llenos de verdadera hermosura y muy propia de los alrededores.- Pronto se supo, que se casaban a dos meses de conocerse a causa de sus edades.- La novia lloraba feliz, tras haber ganado exhaustiva batalla con sus hijos y familiares y él, exactamente igual.- Y todo sucedió, como en un cuento de hada.-Pues ambos se fueron de viaje por seis meses, y al regresar de su "Luna de Miel", se instalaron a vivir en la tierra de ella.- No la he vuelto a ver, tal vez no la vuelva a ver nunca, pues ésta venturosa de su magnifico destino.- Recuerdo que cuando era novia decía, muy llena de orgullo y dicha:"Voy a entrar en mi tercer matrimonio, si Dios quiere, pero con la dignidad, que en las muchachas de hoy, ya no se ve".- Porque eso si, muy digna es esa admirable mujer y de buenas fuentes supe, que instaló su negocio en Mechoacán, de donde es oriunda y que es inmensamente feliz, junto a su flamante marido, sus queridos hijos, nietos y familiares que la congratulan a su brillante sino.- Así como siempre ésta rodeada, de todas sus amistades que se han triplicado.- Alguien me dijo, que porque no la visitaba, yo les respondí: "Porque sólo fue mi amiga accidental y nunca llegó a madurar una firme amistad, dado en ella, su alta diaria ocupación".- Reafirmándose con ello, que el amor no tiene edad y que "matrimonio y mortaja del cielo bajan".- Pues en la mayoría de los casos, regularmente se accede a tan trascendental paso, que si da miedo, sin importar la edad que se tenga, al buen nombre del galán, reputación y familia de la que proviene.- Pero para que un hombre se atreva a casarse, la mujer tiene que ser provadamente honesta, respetuosa, moral y de principios, pues sin las bases esenciales de la vida, los fracasos llegan a ser trágicos.- Claro, no tenemos jamás que ser perfectos, pero si acercarnos mucho a tan sublime virtud de efectos sobrenaturalmente fascinantes con sabor al mismo Cielo.- ¿O exagero o me equivoco? Nunca es tarde para comenzar.- Dios bendiga a los que se aman de verdad.-

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Sábado 27 de Marzo del 2010