sábado, 13 de febrero de 2010

UN HERMOSO ROSTRO DE OJOS TRISTES.-

Hace unos días, me encontré a una maestra que era vecina muy cercana a mi hogar, en suma hermosa y muy culta.- No duró ni dos años soltera de cuando llegó a la colonia nuestra, pues pronto se caso con un hombre que no la dejaba ni a sol ni a sombra, como vulgarmente se dice y se casaron por todas las leyes sorpresivamente a tres meses de conocerse.- Casi tres años después, ella lucio a todo el mundo, un precioso y robusto niño, que estuvo a punto de costarle la vida, pues unos meses atrás, estando ella embarazada, al bajar de su automóvil, había sufrido un resbalón del que parecía no reponerse, poniendo en peligro más adelante su vida y la del niño, al aproximarse el alumbramiento.- Pero a Dios gracias, ella ahora goza de una salud excelente, más no le quedaron ganas de otro bebé más, según supe.- El esposo de ésta maestra conocida, es un verdadero galán de cine, es un ingeniero civil y la verdad tiene aparte, mucho carisma.- Aunque claro, no es mi tipo ni creo que el de muchas mujeres, porque la maestra sufre mucho, trabaja en la universidad y duerme poco, pues lo breve que converse con ella, nada me agradó, ya que dice que su mejor amiga es la almohada, el espejo para cuidar su apariencia y su trabajo para no perder la calma. Pues ella misma me confió llorando, que su marido viaja seguido y lleva con él, dizque a la secretaria o a equis compañera también de la misma profesión que para estudiar juntos alguna pesada obra por llevarse a cabo, en tal o cual lugar de la república mexicana.- A mi conocida no le falta absolutamente nada, pero es muy infeliz interiormente, aunque en apariencia sea una de las mujeres mas felices y afortunadas de la tierra no es así, pues ella por desgracia, se caso en suma enamorada y con mil nubes rosas en la cabeza, que la hacen vivir con el corazón martirizado todo el tiempo, atreviéndome antes de despedirme de ella, a decirle , que porque no se divorciaba, para que viviera su vida sino en plenitud, si lo más genuinamente feliz que pudiera.- Más tomándome de las manos sin dejar de verme a los ojos y sonreír con melancolía, tras abrazarme efusivamente en muestra de despedida y decirme que sentía gusto haberme vuelto a ver, me dijo muy quedito: "Amo a mi marido y él y mi hijo, constituyen mi vida".- Viniendo a mi mente, no se porque al unísono, la vida de la Madre Teresa de Calcuta.- O sea, amar no es cosa fácil, duele y en ocasiones como ésta aquí narrada, cuando se cumple a cabalidad o con fidelidad, con las sagradas imposiciones del matrimonio, indudablemente que conduce a la Santidad.-
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Sábado 13 de Febrero del 2010

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