sábado, 7 de agosto de 2010

EL OLIMPO Y SUS PRODIGIOS.SUEÑOS ROSAS.

Me he levanto de noche no he podido dormir, desde los amplios ventanales las hermanas me contemplan gozas en felicidad arrojándome jugando, una lluvia colosal de blancas flores de sándalos que me llenarán de bienestar, lo juran muy a la par.- En ese mi andar buscando, tal vez duendes que se yo, escuche un leve quejido, una y otra vez, sin atreverme a llegar al sitio en turno en mi andar.- Pero al amparo de la luna con un brillo especial, impulsada por una fuerza sobrenatural que a mi misma me asombró, me acerque lentamente casi hasta sin respirar.- Y llegada al punto que era un diamantino zarzal..¡Dios del Cielo, que era un soberano león que se encontraba prisionero sobre hechicero ramaje de una forma inexplicable, imposible en comprensión¡Tras invocar al Creador y compadecida al noble león, me acerque muy lentamente, casi como un sueño, para contemplarlo bien.- Y tras mucho meditarlo, y parecerme un gatito inofensivo y dulce de corazón, lo desate.- Contemplando en el acto incrédula, lo real de su majestad y como quedaba a su merced. Cuando creí que mis días a mi acto irreversible estaban por concluir, trémula lo vi acercarse transformándose en mansedumbre hasta echarse a mis pies.- Mi temblor que era de muerte, al sentir su celestial amor, se evaporó en un instante para convertirse en indescriptible y venturosa devoción hacía mi tierno que tenía enfrente.- Y comencé a acariciarlo, su imponente presencia me hizo sentir especial, como una hija de los dioses con tarea muy singular, al levantar la cabeza para voltear a verme, rugió, pero de tal manera,que más pareció un canto sobre la noche entera, pareciéndome las estrellas cantar prodigio tan santo.- Me abrace a el aferrada con el rostro cubierto de glorioso llanto, pues comprendí vivamente que no podría más vivir de el separada, sólo muerta ya sin más, deseando ocupar un sepulcro si me quedará sin el.- Al sentir de tal noche toda cubierta de resplandores preciosos, apareció un personaje a no mucha y clara distancia, vestido en reales ropajes.-¡No, no puede ser, exclame en mis interiores, pareciéndome estar dormida, mientras me abrazaba a mi leal león que tenía muy pegadita su cabecita sobre mi seno que era un capullo de amor¡ Pero era Zeus, el dios mayor del Olimpo que me venía a arrebatar, como un dictamen natural, a mi tesoro sinigual.- Pero llevada ya de un aliento en ascenso y majestad, me le enfrenté con valor y le dije, basta ya, no te lo voy a entregar.-Mirándome con reto, me volvió a repetir, su orden por demás real.- Más convencido que jamás le iba su mandato a obedecer, cambiando de actitud y con paternal petición, me rogó le entregará lo que dueño tenía ya.-¡¡¡Arráncame el corazón y te lo podrás llevar¡¡¡ Entonces con piedad infinita tras observarme bien bajo la noche cubierta de estelas en maravilla, mientras se acercaba hasta mi, accedió a regalármelo, pero con una condición, que jamás sería príncipe, sino un eterno león.- Al voltear a ver a mi extraordinario amor, el sacudió la cabeza en señal de aceptación y llorando como no se puede más, decidí devolverle su libertad, porque lo que se ama no se puede retener en fuerza alguna y mucho menos anular para actuar con dignidad.- Entonces, el dios con su poder, lo volvió a su mundo, del que hubiera caído en un tramo del soñar.- Mientras Zeus tomando la figura del ausente, al verme de dolor desfallecida, me retuvo entre sus brazos iniciando un vals, lentamente, sobre un firmamento de hermosura divinal.- Mientras una lluvia de prodigios poblaban el seráfico lugar en un punto de una noche, que se muere para volver a vivir.-
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Sábado 7 de Agosto del 2010

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