domingo, 15 de agosto de 2010

LA FELICIDAD.- HECHURA DEL CIELO.-

Desde el momento mismo de la concepción, Dios en su misericordia infinita, pone en el hombre la semilla de la felicidad en todas sus formas, espacios, tiempos y recursos para que ella vuelva como paloma si por causas o circunstancias en la mayoría ajenas a nuestras voluntades, esfuerzos y anhelos, la llegamos a perder en un punto de partida.- La felicidad es un conjunto de esfuerzos, sacrificios y sueños, que al irse tejiendo o hilvanando en lo más profundo de nuestro ser interior, en el tiempo o era precisa se hace presente con esplendor que muchos dan por llamarla "Buena Suerte" pero ello es un error, pues detrás de tal juicio humano existen muchos desvelos, muchos planteamientos y muchas caídas que por momentos nos han parecido alejarnos para siempre de aquello por lo que luchamos, dejando gotas de vidas, en tales vehementes deseos por llegar a ocupar un sitio que nos permita mostrar lo mejor de nosotros mismos.-La felicidad, es una fuerza que nos empuja con delirio y un mar de madurez, sensatez y venturas, por lograr hasta en lo sobrehumano, llegar a encontrar la mágica llave que nos concederá una vez obtenida, abrir a voluntad plena y perpetua, las puertas más ilustres, los senderos más elevados y los contactos tantas veces a Dios suplicados.- Pero que mundo tan hermoso se irá formando, si una vez nuestros objetivos alcanzados como un ramillete de estrellas luciéndolos sobre las manos, el cuello o cual aura sobre la cabeza en señal única de victoria perenne y en sortilegio cristalizado, volvemos la vista hacía nuestros pasos para contemplar compasivos a los que tal vez en su gran mayoría, no podrán por múltiples causas y efectos de la vida en su compleja esencia, llegar hasta la cima que nos llama hechizante para alcanzar con ello, el triunfo cierto de la inmortalidad, a través de un distingo que nos hará relevantes entre los hijos de los mortales por excelsa voluntad del Cielo que supo escucharnos y aún lo más simple, lo a llenado en su majestad de divina excelencia, como algo notable y sin par.- Porque no es en sí, las virtudes que adornan en talentos o grandes capacidades lo que hace en el trayecto de los años vivos, a algunos seres llegar a ser especiales, sino el mismo Dios que ejerció tal poder de seducción en su elegido para que puedan alabar y gozarse en suma los demás, a tan presencia encantadora, que no es sino la gracia del Hacedor al bendecir al tal mortal que deberá por lo tanto participar con afán, en hacer siempre el bien o la original caridad obtenida, para que pueda el tal hijo de los hombres, encontrar felicidad aún en la oscuridad donde un manojo de estrellas, de luciérnagas y milagros, se posen siempre en él.-No te vanaglories hijo de mortal, por tus heroicas hazañas, que si bien lo analizas, Dios aló tus pies, ni tú por destacar en tales artes, que también el Señor al ungirte hizo aún tú sencillez aparecer trascendental y al de grandes conocimientos por El dotado, perderse sin encontrar la solución a la vanidad extrema de su ego en explosión......Haciendo el Creador en ello, lo que le plazca a su Voluntad, como con la Felicidad....¿Qué no entendiste? Disciplinate y la Felicidad se enamorará de ti.......
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Domingo 15 de Agosto del 2010

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